19 de marzo de 2011

En el día de San José

El el día del Glorioso Patriarca San José, publicamos este artículo que amablemente nos han hecho llegar nuestros amigos de UNA VOCE CUBA


Por encima de los mártires y de las vírgenes santas, más encumbrado que los patriarcas y los profetas, y aun mas elevado que los apóstoles y los coros angélicos, se encuentra en singular trono de gloria San José. Pues así como en la tierra no hubo nadie después de la Santísima Virgen, más próximo a Jesús, que él, así tampoco después de la Virgen María, en los cielos lo hay más cercano a Dios que San José. Y es precisamente, en proporción con esta gloria tan excelsa, de donde deriva su tan poderosa intercesión. Ntro. Sr. Jesucristo que en la tierra le estuvo sujeto, rindiéndole obediencia y respeto como a verdadero Padre, no dejará de conceder en el cielo todo aquello por cuanto San José le ruegue. Bien enseña Santo Tomas de Aquino, que le esta concedido el socorrer en toda necesidad y negocio, el defender y favorecer y tratar con paternal afecto a todos los que acuden a él. A propósito de lo cual decía Santa Teresa de Ávila: “Parece que algunos Santos han recibido de Dios la gracia de socorrer en una necesidad particular; este en cambio socorre en todas, según lo sé por experiencia, y quien no se fiara de mis palabras que lo ponga a prueba…” Sin embargo sorprende y contrasta que aun hoy en día San José continué siendo el santo olvidado de muchos.

La solemnidad de Ntro. Padre y Señor san José, cada 19 de Marzo, es un momento realmente especial en el Año Litúrgico. En este día la Santa Madre Iglesia reconoce los méritos y virtudes de Aquel, a quién estuvieron confiados la guarda y cuidado de la Sagrada Familia. Mas, el padre adoptivo del Redentor y Purísimo Esposo de la Madre de Dios, continua desde el cielo velando e intercediendo por la Familia de su Hijo: la Iglesia Católica; de quien es solicito patrono universal y defensor.

San José es el varón justo y dichoso que toco a María por esposo, al que le fue concedido ver y oír, alimentar y sostener, educar, llevar en brazos, besar, vestir y custodiar a Jesús, el Verbo eterno del Padre, a quien tanto los profetas anunciaron, a quien la humanidad entera por siglos espero y a quien los reyes y los sabios murieron deseando conocer. San José es el carpintero humilde y decidido que acepta el plan de Dios y como María también brinda un si generoso.

Ser padre de Jesús y esposo castísimo de la Virgen María son los principales títulos de la grandeza de san José, sin excluir otros, claro esta, pero solo a partir de estos se supone un caudal asombroso de gracias y santidad; directamente proporcionados a la excelsitud de su misión. En el hogar y taller de Nazaret San José es cabeza y guía de la Sagrada Familia, maestro de la vida interior, que nos enseña caminos concretos, modos humanos y divinos de acercarnos a Jesús, a tratar a Nuestro Dios a ser limpios; dignos de ser otros Cristos… Trabajador empeñado en su tarea, servidor fiel de Dios en relación continúa con Jesús, que experimento lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Con el homenaje de su veneración, los magos ofrecieron a Jesús oro, incienso y mirra; San José en cambio le había dado, por entero su corazón joven y enamorado. Coloca el dulce nombre de Jesús al Salvador y derrama lágrimas de dolor al perderle en el templo. Arriesga y sacrifica todo, por estar junto a Jesús y a María, salvando la vida del Niño al huir a Egipto, para terminar luego de toda una vida a su lado muriendo tranquilo en sus brazos.

“Ite ad Joseph”, acudid a San José, como ha dicho la tradición cristiana con una frase tomada del Antiguo Testamento porque la devoción a San José no pueden faltar en ninguna alma cristiana. Pedir e imitar sus elevadas virtudes, solicitar su auxilio, implorar su patrocinio es prenda segura de bienaventuranza. La misma Iglesia nos brinda ejemplo, pues no ha querido transitar por el mundo moderno, sin antes confiarse a su cuidado, mandando colocar su nombre en el Canon de La Misa, y declarándole su solicito patrono universal. Que la devoción al Santo Patriarca, este presente en nuestra vida diaria de cristianos, particularmente durante el mes de Marzo y cada miércoles del año, día especialmente dedicado a su culto y honra. Y nunca olvidemos invocarle en toda necesidad, pero sobre todo a favor de los agonizantes y moribundos de quien es especial protector. En las apariciones de Fátima bien que se nos presenta con el Niño Jesús en brazos bendiciendo al mundo, prueba que desde la gloria no olvida a la débil humanidad caída de quien un día formo parte y es padre solicito, dispuesto siempre a mediar por ella.

En la vida del Santo Patriarca, tenemos los cristianos, el modelo perfecto de la vida interior. Modestia, recogimiento, pureza de corazón, sencillez y rectitud de intención, solo serian las primeras joyas de su diadema. No escatimaba San Pedro Crisólogo al decir: "San José fue un hombre perfecto, que poseyó todo género de virtudes" En efecto, San José es ejemplo especial para los solteros, por su castidad; para los casados, como padre de la Sagrada Familia; para los religiosos por su entrega a Jesús y María; para los sacerdotes por su respeto al tratar a Cristo; para los trabajadores, pues fue siempre un trabajador ejemplar, para los seminaristas; al ser el educador de Cristo y por las controvertidas decisiones que tuvo que tomar antes de aceptar la decisión de recibir a María como esposa y ser padre custodio de Jesús. Además es el patrono de la buena muerte, ya que murió en los brazos de Jesús y María y de la Iglesia Universal, pues el hogar de nazaret fue en verdad Iglesia domestica.

Una Voce Cuba conocedora de su valimiento y especial poder ante Ntro. Sr., atestiguado en los milagros por su medio alcanzados y abalados por el testimonio de innumerables santos le profesa singular devoción y acogiéndose también ella a su intercesión, le toma y elige por patrono. ¡San José ayúdanos a hacer y a enseñar como Cristo, los caminos divinos –ocultos y luminosos- diciendo a los hombres que pueden tener de continuo aquí en la tierra una eficacia espiritual extraordinaria. Se tú mismo nuestro camino, porque tu conoces la senda y el atajo cierto, que llevan por tu amor al amor de Jesucristo!

Pidamos al glorioso San José, la gracia de imitarle en su vida santa, al tiempo que nos socorra con su valimiento y auxilio. "Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan.

Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza para más bien mío." Santa Teresa de Ávila.

Santa Misa este 21 de marzo.


18 de marzo de 2011

12 de marzo de 2011

Sancta Missa, Fotos

Imagenes de la Sancta Missa, Tradicional, rezada por nuestro muy querido R.P. Raúl Olazabal, canonigo del ICRSS, en Valencia el pasado 27 de febrero.
Tomado de Una Voce Malaga


8 de marzo de 2011

Carnaval: ¿desfogue o recogimiento?



Carnaval: ¿desfogue pagano o recogimiento cristiano?



Estamos en pleno período de carnaval. Aunque estrictamente hablando los tres días de Carnestolendas (ad carnes tollendas: literalmente “para retirar las carnes”, de donde viene el catalán Carnestoltes) son el domingo, lunes y martes de la antigua Quincuagésima (es decir, los que preceden al miércoles de Ceniza), la costumbre popular los ha alargado, sea anticipando los festejos como prolongándolos. En Venecia, desde la época de la Serenísima República, era carnaval gran parte del año, debido a las peculiares características de la ciudad de los canales, puente entre Occidente y el lujuriante y sibarita Oriente. Durante el carnaval la gente se comporta de manera más desenvuelta que en el resto del año; podría decirse que se aflojan las bridas de la moral, lo cual en no pocas ocasiones lleva a un verdadero y auténtico desenfreno, amparado por el anonimato de las máscaras y los disfraces. La Iglesia toleró no, por supuesto, el libertinaje, pero sí la desenvoltura y cierto desahogo del rigor en las costumbres. Y lo hizo porque es sabia Madre que conoce la naturaleza humana, con la cual a veces hay que aflojar. Para que después digan que ha sido represora y tirana de las conciencias…


El carnaval juega con el equívoco y la ambigüedad: de ahí la costumbre de embozarse o disfrazarse y hasta de travestirse. Hay carnavales que se han hecho célebres por el despliegue de refinamiento en los atuendos, como el ya citado de Venecia, el de Viareggio y el de Niza. En Cataluña está el ya célebre carnaval de Sitges, mientras en el resto de España los más importantes, sin duda, son los de Cádiz y las Canarias. En todos ellos se llevan a cabo desfiles con carros alegóricos, que imitan a los antiguos corsi italianos (en roma, la Via del Corso recuerda el empleo que se daba a esta importante arteria de la Urbe). Otro carnaval célebre –y a nivel mundial– es el de Rio de Janeiro en el Brasil, aunque en éste predomina la sensualidad desbocada sobre lo artístico. En fin, queda por referirse a las paradas festivas y reivindicativas de ciertos colectivos inspiradas en el carnaval y que normalmente degeneran en ataques contra el orden tradicional y la Iglesia. De lo lúdico, elegante e insinuante se termina por desembocar en lo agresivo, zafio y descarado.


Antiguamente, para contrarrestar los excesos que podían producirse durante estas fiestas se organizaba en nuestras iglesias la exposición de las Cuarenta Horas, en desagravio al Santísimo Sacramento y como alternativa para los fieles que no querían tomar parte en ellas. Era una manera de interceder por tantas almas que se disipaban en esos días para que no se perdieran o volvieran al recto camino. Se tenía adoración continua hasta el miércoles de Ceniza de manera ininterrumpida o al menos durante todo el día dese la mañana a la noche, reservándose el Sacramento antes de cerrar la Iglesia durante las horas nocturnas para volver a exponerlo al día siguiente después de la primera misa. Se hacían tandas de adoradores para asegurarse que no quedaba sola la custodia e incluso se organizaba la guardia de honor. Era el tiempo propicio para rezar los Siete Salmos Penitenciales y las Letanías de los Santos, preciosas preces de intercesión que desgraciadamente han desaparecido prácticamente de la vida litúrgica y de piedad. Ni qué decir tiene que los predicadores tronaban en los púlpitos contra la relajación y la disolución del momento (quizás, a veces, con un tanto de exageración pero con celo genuino por la salvación de las almas).


Hoy, por supuesto, no queda ya nada de eso. Si recorremos las iglesias de nuestras diócesis, rarísima será la que tenga el jubileo de las Cuarenta Horas (a no ser que le toque por turno). La idea de que hay que reparar los pecados que se cometen en este período está completamente desacreditada. Tanto más en las grandes ciudades, cada vez más indiferentes a la Religión y paganizadas debido a un cosmopolitismo indiscriminado sin raíces en la antigua civilización cristiana. Parece ser que hoy se trata de lo contrario: de hacer gala de descreimiento y de disipación. Y ya no sólo pasa con motivo del carnaval: cualquier festividad por muy religiosa que sea se convierte en una simple ocasión de entregarse al ocio, pero no al otium nobile de los Antiguos para enriquecer el espíritu, ni al descanso festivo que prescribía la Religión para honrar a Dios, sino al ocio del que se ha hecho una cultura sin ningún referente a la sabiduría clásica ni al cristianismo. Pareciera que toda la vida se ha vuelto un carnaval en el peor de sus sentidos.


Nos encantaría que en nuestras curias episcopales, en los que hay tantas comisiones que todo lo estudian, se tomaran alguna vez la molestia de considerar la oportunidad de volver a establecer los ejercicios de desagravio en tiempo de carnaval. Hoy más que nunca es necesario volverse a Jesucristo en la Eucaristía de donde nos viene la fuerza para combatir el bonum certamen. Y ello es así porque no se puede negar que existe un espíritu de inspiración luciferina que todo lo invade y con tanta más eficacia cuanto que la gente, por lo común, ni siquiera cree ya en el Diablo. En todas las edades y tiempos ha habido maldad. Hoy hay maldad recrudecida, pero, además hay el cinismo de la maldad. Antes el obrar mal estaba mal visto; hoy es al contrario. Y es que nos hemos acostumbrado al mal y a que crímenes horrendos como el aborto ocurran todos los días dejándonos impertérritos. No es casual tampoco que mocosos llegados de golpe y abruptamente a la adultez sin pasar por la adolescencia cometan barbaridades y maten a sangre fría, quedándose después tan tranquilos: como si jugaran al carnaval, ni más ni menos, pero un carnaval siniestro.


Nuestros pastores deben tomar el toro por las astas y volver a advertirnos contra el pecado y el desorden moral y estos días son los propicios. No vale que miren a otro lado porque su palabra es incómoda a “esta generación perversa”, ni vale que piensen –con falso optimismo– que después de todo la cosa no está tan mal: está peor. Hoy la penitencia y el sacrificio no están de moda. Sacrificio y abnegación son lo que hacen que todo se perdone y se soporte mutuamente. Quitemos estas ideas y no queda más que la rabia contenida que desfoga por donde menos se piensa. Cuando nadie quiere sacrificar nada ni renunciar a nada no hay ya esperanza y vienen las incomprensiones, los abusos, los maltratos y los asesinatos. Por eso, es necesario reconquistar al pueblo cristiano mediante la prédica y la práctica de la penitencia y el fomento del espíritu de sacrificio, el que nos enseña Jesucristo, víctima del sacrificio de la Cruz y del altar, que se queda en la Hostia para darnos ejemplo y señalarnos el camino estrecho que lleva a la salvación. Adorémosle en estos días, si no en público, privadamente, pero no dejemos de visitarle y, aunque suene trasnochado, de orar por los que le olvidan especialmente en estos días del año.

Aurelius Augustinus

Fuente: Germinans Germinabit (http://www.germinansgerminabit.org/)
Versión ligeramente adaptada a este blog con permiso del autor

2 de marzo de 2011

Sancta Missa, en la Basílica de Nuestra Señora de Luján

Esta gratísima noticia, fue publicada por nuestros amigos de UNA VOCE CORDOBA, hace un par de semanas, quiera Dios que algunas personas de San Juan puedan concurrir.




Los amigos de Nuestra Señora de la Cristiandad anuncian la II peregrinación a la Basílica de Luján, entre los días 13, 14 y 15 de agosto. El último día, Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se oficiará la Santa Misa tradicional en el altar mayor de la Basílica.
El grupo Nuestra Señora de la Cristiandad ha tomado la iniciativa de hacer una peregrinación penitencial anual depositando a los pies de Nuestra Madre, la Virgen de Luján, los rezos y las penitencias que son ofrecidos durante los tres días a lo largo de unos 100km. La peregrinación se destaca por el marco de oración, meditación y cantos, con la Santa Misa diaria bajo la forma extraordinaria, sumando a esto banderas, cruces y estandartes para vivir un intenso clima de cristiandad.

El grupo está trabajando desde ahora para lograr que la logística esté lo mejor organizada, esperando que este año la convocatoria sea más amplia y vengan peregrinos de distintas provincias de la Argentina. Para cualquier consulta hacerlo a: ns.cristinadad@gmail.com.