24 de agosto de 2012

MIRADME CRUCIFICADO


Tomado de catolicidad-catolicidad.com.ar

Miradme, hijos míos, miradme crucificado. Ved lo que parezco, ved si veis en mí a un hombre o a un ser que no se puede ni reconocer. Miradme, hijos míos, miradme crucificado. Soy Jesús, vuestro Señor y vuestro Redentor. Pocos me dais las gracias por haberos abierto las puertas del Cielo. ¡Con cuánto amor os redimí! ¡Con cuánto amor! Mi Madre unió su amor al mío y fue corredentora con inmenso amor, Ella unida a mí. Miradme hijos míos, miradme crucificado.

El hombre debe elegir el unirse a mí, el reparar, el ofrecer. Acérquense al Sacramento de la Penitencia, donde les espero. Acérquense a recibir mi Cuerpo y mi Sangre. Aliméntense de mi amorosa entrega. Hijos, no desprecien este instante, volteen la mirada, acudan a los Sacramentos con prontitud. Oren y reparen sin dilación, es preciso, no demoren.

Mediten mi entrega, mediten mi Pasión, mediten en la esencia de mi Amor por la humanidad, mediten en la esencia de cada acto de mi Pasión, en cada flagelo, en cada caída.

Adéntrense en lo íntimo de mi Cruz, no la miren superfluamente, cada trozo de madera es amor de mi amor y contiene el extremo amor de mi Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario